Si hubiera sido homofóbico, habría mirado con desprecio hacia aquel peluquero que, en mi niñez, osó trabajar en la peluquería donde me cortaba el cabello.

Si hubiera sido homofóbico habría participado de las burlas de mis compañeros, hablando como un maricón sólo para fastidiar al que creíamos lo era.

Si hubiera sido homofóbico habría tenido que jugar al fútbol y jugarlo bien, porque ese es el deporte de los verdaderos hombres.

Si hubiera sido homofóbico, habría comentado de toda la porno posible con mis compañeros para que vean que estoy al tanto del sexo con las mujeres.

Si hubiera sido homofóbico habría tenido que conseguirme una enamorada con urgencia para que nadie dude de mi virilidad.

Si hubiera sido homofóbico bastaría con profesar constantemente que los maricones están enfermos y deberían desaparecer de la tierra.

Si hubiera sido homofóbico viviría una doble vida, hablando mal de los homosexuales y acostándome con uno a escondidas.

Si hubiera sido homofóbico, odiaría tener que serlo sólo para evitar el miedo a que me descubran.

Si hubiera sido homofóbico estaría de acuerdo con que mis padres católicos hablasen mal de los homosexuales sin saber que su hijo marica los está escuchando.

Si hubiera sido homofóbico me opondría al proyecto de unión civil porque no está bien que dos personas del mismo sexo tengan los mismos derechos que una familia normal (aunque sé que pensaría lo contrario).

Si hubiera sido homofóbico maldeciría la hora en que descubrí mis sentimientos, porque nunca podré ser feliz.

Si hubiera sido homofóbico andaría buscando esposa para que la gente no sospeche que tengo otros gustos.

Si hubiera sido homofóbico tendría esposa pero la engañaría de vez en cuando (pero sólo de vez en cuando).

Si hubiera sido homofóbico podría tener la posibilidad de casarme y fingir que soy feliz.

Si hubiera sido homofóbico tendría hijos a los cuales les enseñaría que ser marica es malo porque no beneficia a la sociedad. Es más, todos los maricones deberían ser internados.

Si hubiera sido homofóbico celebraría que mis hijos empiecen a insultar a los maricones y luego me cuestionaría si actuarían así sabiendo que su padre a veces es maricón.

Si hubiera sido homofóbico no tendría miedo a perder mi trabajo porque soy bien macho y nadie me juzgará por ello.

Si hubiera sido homofóbico no tendría miedo a perder a mis amistades porque nunca me discriminarían.

Si hubiera sido homofóbico y uno de mis hijos me decía que era gay o lesbiana, lo botaba de la casa o lo mandaba con un psicólogo. 

Si hubiera sido homofóbico, sería un hipócrita porque en el fondo desearía vivir mi vida como yo siento que debí haberla vivido.

Si hubiera sido homofóbico, jamás me habría atrevido a decírselo a mis papás y no sabría que ellos me quieren por sobre todo.

Si hubiera sido homofóbico no escribiría lo que estoy escribiendo porque me expondría a la discriminación de personas que quiero y, peor aún, de las que no quiero. 

Si hubiera sido homofóbico definitivamente mi vida no sería la misma, no me pondría la camiseta del activismo por considerar que los derechos que reclamamos son más que justos.

Si hubiera sido homofóbico mi vida sería un infierno pero, felizmente, no lo soy.